Con el otoño y el invierno llega una de las peores pesadillas para los administradores de las instalaciones: la condensación. Es más que una molestia: crea condiciones peligrosas y arruina productos, lo que cuesta a las empresas miles de millones de dólares cada año. En otoño, es común que el punto de rocío supere la temperatura de la superficie de los pisos, productos y equipos. Cuando el aire más cálido entra durante el día, aumenta el punto de rocío y la humedad, lo que hace que se forme una capa resbaladiza de condensación sobre los objetos más fríos. Y en otoño e invierno, es común que se forme condensación en el producto que se ha movido de un camión frío a un almacén con calefacción.
Hay varias formas en que el flujo de aire puede ayudar a prevenir o reducir la condensación, y hay formas en que el flujo de aire puede empeorar el problema, por lo que se necesita un sistema de control capaz de monitorear y predecir la posibilidad de condensación.
Existen numerosos factores que causan la condensación, incluidos los patrones climáticos, el calor, la humedad y el punto de rocío. También hay numerosas formas de combatirlo, como acondicionadores de aire y la realización de proyectos masivos y costosos para sellar y aislar las instalaciones. Sin embargo, una de las formas más rentables de combatir la condensación implica el uso de equipos energéticamente eficientes que muchas instalaciones ya poseen: ventiladores. El flujo de aire de los ventiladores de techo reduce la condensación de varias formas, que incluyen:
Reducción del aire frío estancado: las moléculas de aire no tienen que tocar una superficie fría directamente para caer por debajo del punto de rocío y depositar humedad. Las superficies frías tienen una capa límite de aire frío a su alrededor. Es en esta capa límite de aire donde las temperaturas caen por debajo del punto de rocío y se forma condensación. El movimiento de aire generado por los ventiladores de techo BIG ASS FANS puede dispersar esta capa de aire estancado y reducir el espacio en el que se forma la condensación.
Aumento de la temperatura de la superficie: las superficies frías en habitaciones cálidas eventualmente se calentarán debido a la convección natural, la transferencia de energía térmica del aire a la superficie fría. Los ventiladores aceleran el proceso al exponer la superficie fría al aire caliente rápidamente y en mayores volúmenes. Para evitar la condensación, el aire que se sopla sobre la superficie debe estar más caliente que el punto de rocío antes de la llegada de un frente de clima cálido y húmedo. Se pueden usar calentadores para lograr esto, pero incluso el calor de los equipos, las luces y las personas, que naturalmente se eleva al techo en un edificio alto, se puede “reciclar” y usar para evitar la condensación.
Reducción y estabilización de la humedad: muchos factores afectan los niveles de humedad en interiores, incluidos los ocupantes que transpiran, la evaporación de los fregaderos y cubetas para trapeadores y los procesos de generación de vapor. A lo largo del día, el aire de una instalación puede volverse más húmedo que el aire del exterior. En ese caso, los ventiladores junto con la ventilación natural o mecánica pueden reemplazar el aire húmedo con aire más seco del exterior.
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